El potaje de vigilia ha sido una comida típica de los viernes de Cuaresma, debido a la prohibición de comer carne en estas fechas.
Es un plato sencillo, pero a la vez sabroso y contundente, cuya base son los garbanzos, el bacalao,las espinacas y el huevo duro.
Un plato que se agradece también en los días fríos del invierno.