¡ La dieta del ayuno intermitente! Esa maravillosa tendencia que te hace sentir que eres un monje budista en su búsqueda de iluminación, pero con más hambre. Porque, ¿quién no ama la idea de comer solo durante un par de horas al día, como si fuera un reto extremo de supervivencia moderno?

«Sí, claro, solo como entre las 12 p.m. y las 8 p.m. ¡Soy tan disciplinado!» Mientras, en realidad, tus niveles de hambre son como los de un león en celo, rondando la nevera como un lobo hambriento, soñando con el momento en que puedas devorar todo lo que veas.

Y ni hablar de los 16-18 horas de ayuno, porque ¿qué podría ser mejor que pasar toda la mañana con la energía de una batería descargada, pero con la moral de saber que tu metabolismo está «trabajando»? ¡Qué alegría! Como si el simple acto de no comer te hiciera automáticamente más saludable, más zen, y más en forma que un atleta olímpico.

Luego está la parte divertida de ser la persona rara en la oficina, diciendo con orgullo: «No, gracias, no puedo comer ahora. Estoy ayunando.» Y viendo las caras de los demás, como si estuvieras anunciando que acabas de convertirte en un Jedi. ¡Todo un estilo de vida!

Pero, claro, siempre puedes consolarte con el hecho de que, al final, todo es parte del «camino hacia la iluminación… o la pérdida de peso.»

Por Carol

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